Tita Parra y EL CAMINO DEL MEDIO por Fernando Berríos

TITA PARRA – EL CAMINO DEL MEDIO


Desde hace muy poco tiempo está circulando, limitadamente, esta nueva producción de Tita Parra y su grupo. Fue grabada y mezclada entre 2005 y 2007 en Santiago.

Se trata de una producción independiente, realizada con el aporte del Consejo de la Música de FONDART. Concluida, empero, la fase de grabación y mezcla, la cantante, autora y arregladora de los once temas del disco, se encuentra en un impasse: ¿cómo divulgar este trabajo?

No se trata sólo de los habituales problemas financieros que afectan a los músicos que no trabajan con algún sello discográfico, sino que tiene que ver con la incierta situación actual de la industria de la música en general.

Aparte de su valor estético, ¿vale realmente la pena invertir hoy tanto dinero en la fabricación de un soporte físico como lo es el CD, en un tiempo de pleno auge de la música digital?

Internet permite un intenso intercambio de música entre particulares, e incluso no pocos artistas han puesto sus últimas producciones a disposición de los cibernautas.

¿Cómo será posible, en estas condiciones, el cultivo profesional de la música? ¿Cómo podrán vivir de su trabajo compositores, músicos, técnicos de sonido, productores?

Tita Parra, en todo caso, es una artista para quien nunca ha sido fácil desarrollar su carrera.. Más que de su último disco, viene aquí al caso hablar de ello y de su itinerario artístico.

Su propia reflexión es que a ella y a muchos otros artistas de su generación, la dictadura los sorprendió aún muy jóvenes, en una fase todavía incipiente de su carrera o, sencillamente, antes de poder iniciarla.

Músicos chilenos ya con mayor trayectoria en ese momento, como Quilapayún, Inti-Illimani o su misma madre, Isabel Parra, pudieron, en cambio, continuar e incluso potenciar su desarrollo artístico en el exilio.

Con todo, esta nieta insigne y orgullosa de Violeta Parra pudo demostrar desde muy joven su talento excepcional.
Al escuchar su primer disco, Amigos tengo por cientos, grabado en París en 1978, impresiona, aparte de su hermosa voz, la madurez musical y la gran sensibilidad de que hace gala, teniendo en cuenta que entonces tenía apenas 21 años.

En ese disco Tita Parra preanuncia algo que llegaría a ser una de las vetas principales de su obra: su capacidad de acoger y a la vez de recrear la poesía y la música de la gran Violeta. Pero ella misma se muestra aquí también como una compositora talentosa y con vida propia.

En los agitados años ochenta, los entonces jóvenes estudiantes o pobladores chilenos pudimos disfrutar de la presencia de Tita Parra en innumerables peñas y recitales.

Su segundo disco, Amor del aire, fue grabado en 1982, también en París, aunque ya desde 1979 se había establecido en Chile, tras varios años de exilio.
Es un disco hermosísimo y de gran significación para esa generación, pues ayudó a muchos jóvenes a unir los anhelos de cambio social y político, con el amor por la poesía y la música, en una nueva forma de reconciliación con el sentido de la belleza en medio de un régimen represivo y opaco.

Luego vendrían otras producciones en que mostraría audacia para explorar nuevos caminos musicales: La noche tan bella (1989), con la colaboración de destacados músicos chilenos; Centésima del alma (1998), una producción en que se adentra en la música electroacústica y en el uso de teclados, para recrear así una parte de la poética de Violeta Parra. Un disco sorprendente y a la vez de belleza muy delicada.

Y por último, Latidos (2001), con su Banda Tita, en que aborda con fuerza la problemática ecológica en sus letras.

Sobre su última producción, El camino del medio, la misma autora nos dice: “Es un trabajo musical y poético que se ha nutrido de fuentes maestras en mi vida. Cada canción ha sido concebida y dada a luz en un largo proceso de aprender, de paciencia, de búsqueda interior y meditación.
Me han inspirado seres entrañables a quienes amo y respeto: Sonia Montecino, Thiago de Mello, Osho, mi abuela Violeta, mi hijo Antar y mi nieto Miguelito; mis raíces chilenas y latinoamericanas, este continente y sus pueblos originarios, volcanes del sur de Chile y la cordillera, el Pantanal de Brasil y el Mato Grosso, músicas guardadas por años en el corazón y letras que esperaban ser cantadas, aventuras y osadías en amores con la naturaleza y con mi propio ser”.

Un disco sugerente, abierto a diversos influjos musicales y profundo en las temáticas de sus letras.

Sólo cabe agradecer a Tita Parra y a sus músicos por este cuidado trabajo.

Para mayores informaciones y contactos: www.titaparra.scd.cl; www.titaparra.com ; www.myspace.com/titaparra

Fernando Berríos Medel (feberrio@uahurtado.cl )